Qué maravilla es un pernil pasado por la plancha del Lomit’s, más que calentado, casi tostado. No sólo apetitoso por el contenido de grasa (tan fácil de sacar para los mañosos), sino por la presencia total de la carne. Sea que se acompañe de tomate o palta, en frica o marraqueta, un gran sustituto de un plato de comida. Probablemente, mucho más que un plato.
debo confesar que nunca me he servido un pernil. Creo que lo he probado, pero nunca me lo he servido por haberlo pedido. Creo que lo del Lomit’s suena como para incursionar en materia pernilística.
Cualquier sitio alemanoide es bueno. Y la mechada del Dominó es la patá (aunque cara): comprobado en terreno.